Sergio del Molino. «No habrá más enemigo»

Reseña publicada en el suplemento “Artes&Letras” del Heraldo de Aragón, el jueves, 19 de abril de 2012.

Tres

Si me dejara llevar por la euforia esta reseña no dejaría de ser una merecida alabanza. La misma que produce el alcohol y el subidón de alguna droga que no he probado. Literatura de frases ganadoras, párrafos subrayados para releer con placer a pellizcos y picotear entre horas. Disfrutar del Sergio gamberro, provocador y platónico; del Sergio genial, imaginativo, original, reflexivo y sentimental; del Sergio literato (odio la palabra letraherido), bobdylano, cinéfilo, viajero, reportero y noctámbulo; macarra de billar de barrio y pinacoteca, hotel de cinco estrellas y tasca grasienta. Polemista, narrador excelente y epatante.

Pero si debo ser sincero del todo debo reconocer que las borracheras tienen sus ciclos, sus normas y su lógica. Que si quisiera podría quedarme con la risa y el recuerdo parcial y placentero de lo mejor y más brillante de la noche. Que fue mucho y muy jugoso. Pero desde que dejé el curso de maquillaje y me dedico a pasar las novelas por el escáner estoy más cerca de la medicina forense que de la tanatoestética. Más cerca del becario tocahuevos que del trepa lameculos. Y es que con esta novela me ha quedado el gusto agridulce de la farra y su decadencia. La carcajada, el asombro, el talento y el crepúsculo. Que la fiesta una vez alcanzado el punto más alto ha ido languideciendo, consumiéndose, devorándose a si misma aunque sin llegar a perder nunca el brillo, sin llegar nunca a trabarse la lengua; pero reduciendo páginas, debilitándose, perdiendo intensidad hasta el cierre de su propia geometría.

Y la respuesta a esa sensación la da el propio Sergio en ese “no epílogo” final en el que dice: “Creo que esta novela ha tenido tres autores que no se conocen apenas entre sí, y cada uno de ellos ha escrito un libro diferente. Los tres se solapan  y se contradicen, pero no se pueden separar: la novela –o las tres nouvelles más o menos autónomas que la componen- ha fundido sus voces”. Por eso esta novela son tres partes por separado que se unen. Y la unión es punto de sutura, cuerpo hilvanado con pespuntes. A algunos insulsos ya les gustaría tener su capacidad de fabulación, su descaro y su lengua; pero lo que le pasa es que esa unión no resulta compacta, sólida, equilibrada. En lugar de una carrera con tres relevos sincronizados, una sola pieza formada por tres cuerpos que encajan sin holguras ni resquicios, se convierte en un triángulo de lados irregulares. Una primera parte febril, salvaje e íntima que es su parte más larga, rica y compleja; con una oferta realmente tentadora: la posibilidad de vivir nuestra propia ficción, ser lo que no somos y hacer lo que nos gustaría. Una segunda lenta, intensa, urbana, -márgenes de dos ciudades una horizontal y otra vertical- melancólica, insomne y oscura, cambiando el registro y pasando de la ficción al realismo pero sin marcar los límites de cada uno. Y una tercera y última exótica y breve, dialogada –nuevo cambio-, teatral y precipitada.

De qué va la novela no importa demasiado. Hay muchos mundos en cada parte. Aunque si tuviera que simplificarlo diría que es la historia de dos hombres enamorados de la misma mujer. Que los enemigos somos nosotros mismos. Las decisiones erróneas que tomamos. Cómo nos dejamos llevar a un lugar y a una situación que no deseamos. Los trucos, los juegos y las mentiras que nos inventamos para huir. La fantasía como recurso. A lo que renunciamos por las obligaciones. Lo que no nos atrevemos a hacer y otros hacen por nosotros: quemar el presente para poder ser libres y regresar al pasado inmediato. Y de nuevo en las palabras de Sergio y en su “no epílogo” está la respuesta a ese triángulo desequilibrado y brillante. Las circunstancias, el estado de ánimo en el que el escritor, el hombre, el padre gestó cada una de sus partes. El calor, el frío y la sombra que condiciona toda creación. La ilusión, la incertidumbre y la tristeza. Tres partes, tres momentos distintos, tres vértices sobre múltiples dualidades humanas; acierto y error, otra partida por jugar y el recuerdo de una borrachera memorable.

Sergio del Molino. “No habrá más enemigo”. 276 páginas. Tropo Editores. Zaragoza, 2012.

3 pensamientos en “Sergio del Molino. «No habrá más enemigo»

  1. Qué buena pinta, Luis. La verdad es que me encanta lo que cuentas del libro. ¡Lo anoto sin dudarlo! Me das a conocer siempre libros que me gustan mucho, ¡gracias!

  2. Pingback: No habrá más enemigo, de Sergio del Molino (2012) | Zaragoza en la novela

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